Deja de lado tu idea de “hacer turismo” e invita a tus sentidos a vivir emociones.
Yucatán es un festival de sensaciones, donde el lujo es no solo confort, sino también la satisfacción de experimentar algo auténtico y dejar una huella positiva respetando el entorno y la cultura local.
He notado que muchas veces se confunde la Península de Yucatán con el estado del mismo nombre.
Vamos a aclararlo: la Península de Yucatán hace referencia al accidente geográfico, es decir, a la extensión de tierra rodeada por mar, excepto en una parte más delgada donde se conecta con el continente.
En este caso, la Península de Yucatán comprende los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Ahora bien, el estado de Yucatán pertenece a la Península en su lado oeste y su ciudad capital es la hermosa Mérida (mi querida ciudad).
Entonces queda claro que nada tienen que ver esas famosas playas turísticas y grandes resorts del estado de Quintana Roo (Cancún, Playa del Carmen, Tulum) con el estado de Yucatán.
Aunque toda esa región se encuentra a pocas horas conduciendo desde Mérida, hay un abismo gigante entre un destino y el otro. Básicamente, toda la llamada Riviera Maya es un destino vacacional y tiene unos 55 años de historia, mientras que el estado de Yucatán casi 500 años.
De hecho, Yucatán fue, durante parte del siglo XIX, una nación independiente de los Estados Unidos Mexicanos, aunque por poco tiempo. La historia es interesante y compleja; estoy segura de que más adelante trataré de contárselas.
Yucatán es México y, al mismo tiempo, no lo es. Sé que suena raro, pero les aseguro que así es.
Su historia, su gente amigable, sus tradiciones intactas, la herencia de la cultura maya, su tierra de jungla y cenotes, y hasta su clima (a veces extremo), se combinan de tal forma que no te será indiferente.
Yucatán es sol y agua, es color esmeralda y es todos los colores. Es música y sabores, es alguien que sonríe tímidamente, es misticismo y es tierra sagrada.
Yucatán es contraste, es oportunidad y es renacer; es la posibilidad de reconectar con la Naturaleza, pero sobre todo, de reconectar contigo.
Si vas a visitar esta maravillosa región de México, este blog será tu guía NO turística.
Desde los 21 años cuando conocí Yucatán, una especie de “hilo” invisible me ha mantenido siempre conectada a estas tierras.
Aunque no nací en México, aquí es donde me siento segura.
Aquí me siento “en casa”.
Mi nombre es Griselda y mi misión es inspirar a viajeros curiosos a explorar el estado de Yucatán, su cultura y su gente, desde una perspectiva diferente.